Akenaton el faraón extraterrestre

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Los egipcios  construían grandes templos para adorar a  sus numerosos dioses. A medida que los dioses se sentían complacidos  Egipto prosperaba.

El faraón Amenhotep III padre de  Akenatón vivía en el gran centro  religioso de Tebas la ciudad del dios  Amón cuyos almacenes de techos abovedados contenían el trigo,  el aceite,  el lino y el vino necesarios para  satisfacer las necesidades de los  cientos de sacerdotes que servían a los  dioses.

Religión 

La religión era la principal industria  de la ciudad. En el centro de  todo se encontraba Amenhotep III. Sus dos colosales estatuas todavía se  pueden ver en la llanura de Tebas.   Originariamente esas estatuas guardaban  un vasto templo, hoy desaparecido.

Toda la gloria y la riqueza de Tebas se  verían pronto sacudidas por una  revolución como nunca antes se había  visto.

La revolución

Durante los años de gloria de Egipto,  Amenhotep III estuvo al frente del  país de modo que no es extraño que la  mayor estatua del museo egipcio del  Cairo  nos muestre este faraón representado con  su familia.

Amenhotep III y su esposa reina Tiy tuvieron seis hijos y lo  importante es como educaron a los niños.   Había cuatro hermanas que recibieron  títulos importantes. También había un  hijo Tutmosis que fue nombrado sumo  sacerdote de Menfis.

Por último estaba  Amenhotep que había recibido el nombre de  su padre. Sin embargo él no aparece ni en un retrato real, ni  consta en los documentos y las crónicas del reino.

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Aketaton

Parece ser que ya desde temprana edad  Akenaton había mostrado extrañas  tendencias.   Mientras su hermano y sus hermanas  recibían títulos y honores nadie se  acordaba del joven Amenhotep. Cuando el séquito real iba a los templos  a hacer ofrendas al dios Amón el hijo joven Amenhotep se quedaba en palacio.

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