Percepciones del más allá

¿Pueden los niños y los animales percibir lo que los adultos no pueden? ¿Ven entidades del más allá o de otros mundos? Aunque esta teoría no cuenta con una base de evidencia sólida, hay algunos experimentos interesantes que sugieren que los niños y los animales pueden ver el mundo de manera diferente a los adultos.

Niños

En un experimento de 2005, veinte niños de entre tres y cinco años fueron llevados a un jardín de infantes abandonado. Allí un incendio había cobrado la vida de 33 niños y dos adultos décadas antes. Después de una caminata alrededor del edificio, los niños fueron llevados de vuelta al salón de clases donde se les pidió que dibujaran lo que habían visto. La mayoría de ellos dibujó siluetas oscuras de niños translúcidos que miraban desde detrás de las esquinas de los muebles.

Aunque este experimento no puede considerarse una prueba sólida de la teoría de que los niños pueden sentir la presencia de fantasmas o espíritus, hay algo en ella. Los neurofisiólogos de Canadá y Estados Unidos apoyaron a los parapsicólogos de Nueva Zelanda en que el cerebro humano se desarrolla gradualmente y la percepción del mundo exterior puede ser muy diferente en las primeras etapas de la vida.

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Animales

Los animales también pueden percibir el mundo de manera diferente a los humanos. Después de la muerte de su dueño, los perros y los gatos pueden sentir su presencia cerca hasta seis meses después. Aunque es probable que haya una conexión empática, no se puede descartar la suposición de que los animales domésticos ven entidades de otro mundo.

En un experimento interesante realizado en Francia en 2009. Tres zorros salvajes y tres perros domésticos fueron llevados a la unidad de cuidados intensivos de un hospital donde casi a diario muere alguien. Los animales salvajes se comportaron con una calma sorprendente. Comentaron que mientras que las mascotas gemían, trataban de esconderse en un rincón, se tapaban los ojos con las patas. Los investigadores atribuyeron este comportamiento al hecho de que las mascotas criadas en cautiverio, especialmente no en la primera generación, sintieron muy sensiblemente la presencia de otras entidades efímeras.

Conclusión

La percepción del mundo exterior puede ser muy diferente en diferentes momentos de la vida. Se dice que los niños y los animales pueden tener una frecuencia cerebral diferente a la de los adultos. Aunque la teoría de que los niños y los animales pueden ver entidades del más allá o de otros mundos no tiene una base sólida de evidencia. Se puede intuir que es posible que puedan percibir el mundo de manera diferente a los adultos.

Redacción NdM

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